Campuseina

Tras terminar mis estudios en 1983, comienzo a trabajar en la empresa familiar, donde nunca quise entrar. ¿Por qué este cambio de enfoque? Mi padre (director general) cae enfermo y los mayores de la empresa piensan en mí como su mejor sustituto. Tras mi entrada, pongo en práctica todo lo aprendido, lo que provoca un crecimiento exponencial de ventas, pero también una pérdida de identidad que lleva a la inestabilidad de la empresa. 

Conozco a Carlos Rey y Pablo Cardona y nos adentramos en la aventura de ser una de las primeras empresas en implantar la dirección por misiones en toda la organización. Estas formas de hacer permiten reconducir el rumbo. Por el éxito que supuso la implementación del modelo, con otros empresarios, vimos la conveniencia de crear la fundación de dirección por misiones, de la que fui elegido presidente. 

Durante mi recorrido profesional, para mejorar en conocimientos, hice el programa de alta dirección de empresas líderes en el instituto s. Telmo. Finalmente, fruto de mi experiencia, me fueron implicando en distintos consejos de administración de empresas de todo tipo.